martes, 14 de octubre de 2014

Umbral

Paseo por el borde abrupto que rodea tu herida
Aun sangra despacio, como fluye el aroma
Que me dejas desde tu nuca infinita
Lava tibia detenida.

Hay un abismo bajo mis pies
Que aumenta el negro de su boca si lo miro
Y desaparece con un rictus de sorpresa
Cuando te rozo la mejilla.

Todos los mundos y sus tiempos
Las madres y sus hijos
Los perros y sus aullidos
Los relatos y sus verdades
Las voces y sus mentiras
Todos, todos los que nos esperan
Los que nos olvidan
Todo, todo aquello que será
Lo que desapareció dormido y no pudo despertar.
Todo, todos quedan atrapados... En tu latido

Sigo en el borde
Dibujo tu abismo en mis escarigrafías
Y la memoria es edema
Redondea y suaviza el trazo
Y te escribo para no caer.

Ya pronto
También hablarás otras lenguas
Y comprenderás que suenan sin escritura
Y dicen sin ortografía
Que no necesitan papel que se queme
Ni tinta que se borre con el exceso de luz
Que son sólo tiempo abierto en la piel
por el que no hemos resbalado.
Aún.

Ya sólo se oye una pulsión lejana
Aleteo de aquellos pájaros negros
Que creímos huídos a otros territorios
Que siguen el camino de los mapas que ven en nuestros ojos
Y vuelven
Vuelven atraídos a su morada
Vuelven para desaparecer en el agujero negro de nuestros abismos
Que son uno...
Umbral de memorias abiertas en carne viva.





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